domingo, 10 de agosto de 2008

¿Preorgasmia o frigidez?

Señor dame serenidad para aceptar las
cosas que no puedo cambiar; el valor para
cambiar las cosas que sí puedo
cambiar y la sabiduría para distinguir
la diferencia.
ANONIMO


Existen mujeres que nunca, en ninguna ocasión, han experimentado un orgasmo. Se suele llamar anorgasmia. Yo prefiero utilizar el término preorgasmia, coincidiendo con la Dra. Lonnie Barbach, porque las mujeres que no alcanzan el orgasmo, por diversas razones, están en condiciones de lograrlo con métodos adecuados.
La mayoría de las mujeres con preorgasmia dirá que se excita pero en cierto momento se produce un corte, convirtiéndolo todo en un enorme fiasco.
La falta de orgasmo obedece, en muchos casos, al desconocimiento. En el transcurso de una terapia sexológica de la que este libro da cuenta, la mujer aprende a hacerse cargo de su sexualidad. Tú puedes ser una de estas mujeres.
El placer sexual es un modo de gozar de la vida, de sentirte bien contigo misma y de poder compartirlo. Así como buscamos disfrutar otros aspectos de nuestra vida, el logro de una sexualidad plena es una forma importante de gratificarnos.
El conocimiento de la sexualidad permite combatir miedos y tabúes que nos han impedido expresarnos como seres sexuales.
Como en tantas otras oportunidades, puede surgir alguna voz diciendo que la sexualidad es instintiva y natural y, en consecuencia, no debe ser aprendida. Grave error. La sexualidad está influida por una educación restrictiva y anuladora.
Aun cuando los estudiosos se ocuparon de todas las áreas del cuerpo humano, la sexualidad fue sistemáticamente ignorada hasta hace poco. La sexualidad era tan pecaminosa que solo merecía el ocultamiento. Cuando hice mi carrera de medicina me enseñaron que los órganos sexuales eran los testículos y la matriz. No se hablaba del pene, del clítoris ni de la vagina. No se hablaba del placer sexual.
También en la escuela crecimos aprendiendo la importancia de la ameba, el funcionamiento del intestino, la reproducción de la mariposa y otras cosas más. Mientras tanto, en nuestro cuerpo se producían los cambios más fabulosos y evidentes, pero nadie hablaba de ellos. Estábamos pasando por una etapa que despertaba conmiseración. "Estas en la edad del pavo", me decían como toda explicación.
Y ahora quisiera hacerte a ti esta pregunta que me hecho yo infinidad de veces: ¿Puedes apreciar la sexualidad después de que te la han ocultado con tanta esmero? ¿Puedes amar y hacer el amor tranquilamente con tanto peso sobre el sexo? Muchas veces quisimos formular preguntas acerca de la sexualidad, ¿pero a quien preguntarle? ¿Es posible averiguar si lo que nos pasa es normal o anormal?
¡Cuántas dificultades sexuales y sentimiento de culpa generó nuestra ignorancia! ¡Y cuántas equivocaciones!: que la mujer tiene orgasmo por penetración y por ese solo estímulo, que la mujer es orgásmica en todos los casos, que debe llegar al orgasmo junto con el varón, que si le gusta mucho el sexo es una puta. La sociedad, por un lado, exige de una buena mujer que no disfrute del sexo, por el otro lado, si no se excita, la tilda de frígida.
A lo largo de mi trabajo como terapeuta sexual me he encontrado con la gratitud de muchas mujeres que acudían desesperadas, desahuciadas, creyéndose frígidas y que, sin embargo, en el corto término de una terapia sexual, lograban el orgasmo.
¡Cuántas veces he escuchado esta frase!: “¡Entonces yo no soy frígida!". Claro que no. Hay que aprender a conocer y respetar las propias sensaciones. Leyendo este libro tu te enterarás de que la pretendida frigidez no existe.
Hay mujeres que se masturban y logran el orgasmo. Sin embargo se autodefinen como frígidas ya que no pueden alcanzarlo con un hombre en el coito, aun cuando a veces lo logran en los juegos previos.
Si la mujer conoce las caricias o estímulos que necesita será más fácil transmitírselo a su pareja.
La mujer y el varón tienen una sensibilidad sexual diferente, pero culturalmente, siempre consideran a la sexualidad femenina semejante a la masculina. Mujeres y hombres comparten este malentendido debido a que carecen de información: él cree que ella deberla sentir de determinada manera; ella cree que su sexualidad es anormal.
Este no es un alegato feminista. Todo lo contrario. Es un alegato por el reconocimiento de la naturaleza sexual de la mujer y de la comprensión de la diferencia con el varón.

1 comentario:

Sil dijo...

Estoy interesada en comprar el libro "Camino al orgasmo" pero no lo encuentro en ninguna libreria, alguien sabe donde conseguirlo??
Gracias!